Rostro 10

Esta obra presenta una figura humana frontal, construida a partir de formas simplificadas y una paleta cromática vibrante y contrastante. La obra destaca por su enfoque estilizado del retrato y por la intensidad visual que se genera mediante el uso de colores saturados y estructuras geométricas suaves.

El rostro, de un tono amarillo brillante con zonas sombreadas en marrón, se presenta con una expresión neutra y esquemática, en la que destacan una nariz central prominente y ojos blancos que capturan la atención. El cabello, dividido en dos secciones asimétricas, aporta un elemento gráfico de textura, al estar representado con líneas paralelas en tonos castaños oscuros sobre el fondo rojo encendido, que potencia el dramatismo de la escena.

El cuello y el torso están trabajados en un degradado de verdes, desde esmeralda hasta turquesa, creando un volumen expresivo y dinámico que contrasta con la rigidez del rostro. La figura aparece envuelta en una especie de prenda o capa de color púrpura oscuro con detalles grisáceos, que enmarca la parte superior del cuerpo y otorga un equilibrio visual a la composición.

El fondo plano, rojo vibrante, refuerza la presencia de la figura y genera una atmósfera de tensión controlada, tan característica del expresionismo moderno. Esta pieza invita a la reflexión sobre la identidad, la representación y la forma, desde un lenguaje pictórico directo y emocional.

Reproducción de pintura al óleo del año 1986.

La impresión de esta obra se ha realizado mediante la técnica Gyclée en la cual se obtiene la máxima calidad de impresión a través de la inyección de tinta directa sobre la lámina. Ilustración impresa sobre papel Epson Enhanced Matte de 190g/m2.

Este cuadro esta disponible en dos tamaños: 30x40cm y 50x70cm.

Producido en Barcelona.

Marco no incluido.


Disclaimer: todos los prints parten de obras originales algunas con más de 40 años de antigüedad. Debido al estado de conservación de las obras originales los prints pueden contener ligeras marcas del paso del tiempo como puntos sin pigmento, zonas decoloradas, marcas de humedad, etc. Todo ello forma parte de la obra original y no ha sido restaurado por petición del pintor. El paso del tiempo es uno más de los elementos que conforman la obra.