Rostro 16

Reproducción que ofrece una reinterpretación poderosa y emocional del retrato humano. La figura representada combina fuerza visual y ambigüedad psicológica a través de una paleta de colores intensos y un tratamiento pictórico audaz.

El rostro, centro de la composición, está pintado en un rojo vibrante que domina la superficie y aporta una intensidad dramática inmediata. Los rasgos, delineados con pinceladas marcadas en tonos oscuros, presentan una expresión seria, reflexiva y enigmática, enmarcada por una melena larga en color ocre, aplicada con textura densa y trazos ondulantes.

La figura viste una prenda de tonos verdes profundos, con variaciones entre esmeralda y verde oscuro que aportan riqueza tonal y equilibrio cromático frente a la fuerza del rostro. El cuello, en tonos marrones, refuerza la transición entre cabeza y torso con un enfoque de bloques de color bien definido.

El fondo, en un beige claro y uniforme, permite que la figura resalte con claridad, generando un contraste que acentúa su presencia sin distraer del foco central. Este uso del espacio negativo subraya la simplicidad compositiva y la potencia emocional de la figura.

Esta obra es ideal para quienes buscan arte contemporáneo con carácter, identidad y una fuerte presencia estética. Perfecta para espacios modernos, estudios creativos, galerías personales o ambientes que valoren el arte expresivo, simbólico y humano.

Reproducción de pintura al óleo original de los años 90. 

La impresión de esta obra se ha realizado mediante la técnica Gyclée en la cual se obtiene la máxima calidad de impresión a través de la inyección de tinta directa sobre la lámina. Ilustración impresa sobre papel Epson Enhanced Matte de 190g/m2.

Este cuadro esta disponible en dos tamaños: 30x40cm y 50x70cm.

Producido en Barcelona.

Marco no incluido.


Disclaimer: todos los prints parten de obras originales algunas con más de 40 años de antigüedad. Debido al estado de conservación de las obras originales los prints pueden contener ligeras marcas del paso del tiempo como puntos sin pigmento, zonas decoloradas, marcas de humedad, etc. Todo ello forma parte de la obra original y no ha sido restaurado por petición del pintor. El paso del tiempo es uno más de los elementos que conforman la obra.